Entre las Sombras del Maestro

Sobre su regazo se hallaba expectante aquella niña de piel pálida y ojos ensangrentados, como dos lunas rojas atrapadas en un rostro de porcelana agrietada. No hablaba. No temblaba. Solo escuchaba.
Él, un anciano de voz cavernosa y aliento empapado en siglos de muerte callada, le susurraba verdades que no se encuentran en libros, sino en osamentas enterradas bajo iglesias rotas. Le hablaba de la noche como si fuera la lengua del abismo, y de la sangre como si fuera pacto.
—Las sombras no son enemigas, pequeña —murmuró, acariciando su cabello como un rito—. Son templo. Son juramento. Son la tinta con la que firmamos con aquellos que habitan detrás del velo…
Con un amigo… de un amigo… del que mora bajo el trono del fuego negro.
Ella no comprendía del todo, pero en sus venas ardía algo más antiguo que el lenguaje. Sabía que no era suya, ni de este mundo.
—Tú no me perteneces —continuó el Maestro—. Solo me ha sido permitido guiarte. Porque yo le debo favores a alguien… que responde a Él.
Y Él no olvida.
No le había dado nombre. No lo necesitaba. Era su grimorio viviente, su herencia profana. No hija, no esclava. Algo más oscuro. Más prometido.
—Algún día dejarás de llamarme “Maestro” —dijo con voz quebrada de siglos—. Y ese día, caminarás sola… y todos los que habitan abajo se inclinarán ante ti.
Ella asintió.
Tras sus labios sellados reposaban colmillos que aún no habían mordido… pero que ya ansiaban sangre ofrecida en nombre de antiguos pactos.
Afuera, la tormenta rugía como un aviso. Adentro, solo ellos velaban: el viejo vampiro y su pequeña bestia, nacida no solo para cazar, sino para heredar la oscuridad.
by LuiSaifer (AlDesingStudiO313)